martes, marzo 20, 2007

Porque noches como ésta...

Uno se avergüenza de pertenecer a la especie humana, de tener una casa a la que volver, una familia a la que abrazar, unas monedas para café, una comida caliente esperando. Uno se harta de escuchar palabras de autocomplacencia y autojustificación, de sentirse rebelde por no hacer nada, de mirar hacia otro lado en el momento preciso y reconstruir la realidad a gusto para poder vivir en nuestra burbuja perfecta de bienestar. Uno se avergüenza del dolor y de la rabia, de la sutil satisfacción de haber elegido la impotencia como modo de vida, de repetir discursos ajenos, de no encontrar siquiera las palabras...


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