Buenos días-saludó el principito. -Buenos días-contestó el mercader. Se trataba de un vendedor de píldoras que quitan la sed. Se las ingiere una vez a la semana y se pierde la necesidad de beber. -Para qué vendes eso?-quiso averiguar el principito. -Para economizar tiempo-dijo el mercader- Investigadores han podido calcular que se ahorran cincuenta y tres minutos por semana. -Qué se hace con los minutos ahorrados?. -Lo que se quiere... "Yo-dijo el principito- con cincuenta y tres minutos para gastar, lo que haría sería caminar lentamente hacia una fuente..."
De golpe, la felicidad. No un sucedáneo, la felicidad. O al menos, esa parte tan deseada, tan añorada. Y en tanta cantidad que casi no sé que hacer con ella... Y de tanta calidad que tengo miedo, más bien pánico, a que se estropee, a estropearla.
¡Enhorabuena! Espero que esta nueva vida esté colmada de felicidad y todas esas cosas que se dicen... Ya sabes, que aunque sean formalismos, te lo deseo en serio. Y ya sabes... ¡Felicidad para todos! ¡Y gratis!
Discurso de despedida de La Pasionaria a las Brigadas Internacionales:
Hasta pronto hermanos: Es muy difícil pronunciar unas palabras de despedida dirigidas a los héroes de las Brigadas Internacionales, por lo que son y por lo que representan.
Un sentimiento de angustia, de dolor infinito, sube a nuestras gargantas atenazándolas... Angustia por los que se van, soldados del más alto ideal de redención humana, desterrados de su patria, perseguidos por la tiranía de todos los pueblos...
Dolor por los que se quedan aquí para siempre, fundiéndose con nuestra tierra y viviendo en lo más hondo de nuestro corazón aureolados por el sentimiento de nuestra eterna gratitud.
De todos los pueblos y todas las razas, vinisteis a nosotros como hermanos nuestros, como hijos de la España inmortal, y en los días más duros de nuestra guerra, cuando la capital de la República española se hallaba amenazada, fuisteis vosotros, bravos camaradas de las Brigadas Internacionales, quienes contribuisteis a salvarla con vuestro entusiasmo combativo y vuestro heroísmo y espíritu de sacrificio.
Y Jarama y Guadalajara, y Brunete y Belchite, y Levante y el Ebro cantan con estrofas inmortales el valor, la abnegación, la bravura, la disciplina de los hombres de las Brigadas Internacionales.
Por primera vez en la historia de las luchas de los pueblos se ha dado el espectáculo, asombroso por su grandeza, de la formación de las Brigadas Internacionales para ayudar a salvar la libertad y la independencia de un país amenazado, de nuestra España.
Comunistas, socialistas, anarquistas, republicanos, hombres de distinto color, de ideología diferente, de religiones antagónicas, pero amando todos ellos profundamente la libertad y la justicia, vinieron a ofrecerse a nosotros incondicionalmente.
Nos lo daban todo; su juventud o su madurez o su experiencia; su sangre y su vida, sus esperanzas y sus anhelos... Y nada nos pedían. Es decir, sí: querían un puesto en la lucha, anhelaban el honor de morir por nosotros.
¡Banderas de España!... ¡Saludad a tantos héroes, inclinaos ante tantos mártires!... ¡Madres!... ¡Mujeres! Cuando los años pasen y las heridas de la guerra se vayan restañando; cuando el recuerdo de los días dolorosos y sangrientos se esfume en un presente de libertad, de paz y de bienestar; cuando los rencores se vayan atenuando y el orgullo de la patria libre sea igualmente sentido por todos los españoles, hablad a vuestros hijos; habladles de estos hombres de las Brigadas Internacionales.
Contadles cómo, atravesando mares y montañas, salvando fronteras erizadas de bayonetas, vigiladas por perros rabiosos deseosos de clavar en ellos sus dientes, llegaron a nuestra patria como cruzados de la libertad, a luchar y a morir por la libertad y la independencia de España, amenazadas por el fascismo alemán e italiano. Lo abandonaron todo: cariños, patria, hogar, fortuna, madre, mujer, hermanos, hijos y vinieron a nosotros a decirnos: «¡Aquí estamos»!, vuestra causa, la causa de España es nuestra misma causa, es la causa de toda la humanidad avanzada y progresiva».
Hoy se van; muchos, millares, se quedan teniendo como sudario la tierra de España, el recuerdo saturado de honda emoción de todos los españoles.
¡Camaradas de las Brigadas Internacionales! Razones políticas, razones de Estado, la salud de esa misma causa por la cual vosotros ofrecisteis vuestra sangre con generosidad sin límites os hacen volver a vuestras patrias a unos, a la forzada emigración a otros. Podéis marcharos orgullosos. Sois la historia, sois la leyenda, sois el ejemplo heroico de la solidaridad y de la universalidad de la democracia, frente al espíritu vil y acomodaticios de los que interpretan los principios democráticos mirando hacia las cajas de caudales o hacia las acciones industriales que quieren salvar de todo riesgo.
No os olvidaremos, y, cuando el olivo de la paz florezca, entrelazado con los laureles de la victoria de la República española, ¡volved!...
Volved a nuestro lado, que aquí encontraréis patria los que no tenéis patria, amigos, los que tenéis que vivir privados de amistad, y todos, todos, el cariño y el agradecimiento de todo el pueblo español, que hoy y mañana gritará con entusiasmo: ¡Vivan los héroes de las Brigadas Internacionales!
Hace más de setenta años, miles de hombres y mujeres de muchísimas nacionalidades vino a nuestro país a defender la universalización de la educación, la emancipación de la mujer, el acceso a la cultura de todas las capas de la sociedad, la libertad religiosa, y ni que decir tiene que el derecho a voto, y a participación en todos los estamentos de la vida pública, de todos y todas, sin distinción de sexo, raza, religión...
Vinieron a defender la libertad individual, y la colectiva, y no vinieron a hacerlo detrás de un café, cómodamente sentados, sin creerse del todo que serían capaces de abandonar su cómodo status quo por un ideal no demasiado claro.
Vinieron a morir acribillados en lo mejor de sus vidas, a dejarse brazos, manos, piernas sembrando nuestros campos, a perder el derecho a volver a sus hogares, a ser fusilados por sus compatriotas.
Y perdieron. Pero no olvidaron. No olvidaron que alguien les prometió que volverían, que algún día esta tierra que tan ingrata les había sido sería un poquito suya, que algún día esta patria que habían defendido, ésta cuya historia ignoramos, sería también su patria...
Y esperaron. Y envejecieron y murieron de viejos, pero siguieron esperando.
Y, cuándo les dijeron que al fin podían volver y unirse a nosotros, ser también nosotros...
Se negaron, porque tenían principios, porque tenían ideales más elevados de los que ahora, televisivos, pasivos, estupidizados, somos incapaces ni siquiera de concebir.
Por alguna razón, siempre creí que este poema era de Luis Rosales... Por suerte, no lo es... menuda vergüenza me supondría que el autor de uno de mis poemas favoritos fuese falangista...
ESPINAS CUANDO NIEVA (En un huerto de Fray Luis) - Suéñame suéñame aprisa estrella de tierra cultivada por mis párpados cógeme por mis asas de sombra alócame de alas de mármol ardiendo estrella estrella entre mis cenizas - Poder poder al fin hallar bajo mi sonrisa la estatua de una tarde de sol los gestos a flor de agua los ojos a flor de invierno - Tú que en la alcoba del viento estás velando la inocencia de depender de la hermosura volandera que se traiciona en el ardor con que las hojas se vuelven hacia el pecho más débil - Tú que asumes luz y abismo al borde esta carne que cae hasta mis pies como una viveza herida - Tú que en selvas de error andas perdida - Supón que en mi silencio vive una oscura rosa sin salida y sin lucha
Es una intensísima corriente un relámpago ser de lecho una dona mórbida ola un reflujo zumbo de anestesia una rompiente ente florescente una voraz contráctil prensil corola entreabierta y su rocío afrodisíaco y su carnalesencia natal letal alveolo beodo de violo es la sed de ella ella y sus vertientes lentas entremuertes que estrellan y disgregan aunque Dios sea su vientre pero también es la crisálida de una inalada larva de la nada una libélula de médula una oruga lúbrica desnuda sólo nutrida de frotes un chupochupo súcubo molusco que gota a gota agota boca a boca la mucho mucho gozo la muy total sofoco la toda ¡shock! tras ¡shock! la íntegra colapso es un hermoso síncope con foso un ¡cross! de amor pantera al plexo trópico un ¡knock out! técnico dichoso si no un compuesto terrestre de líbido edén infierno el sedimento aglutinante de un precipitado de labios el obsesivo residuo de una solución insoluble un mecanismo radioanímico un terno bípedo bullente un ¡robot! hembra electroerótico con su emisora de delirio y espasmos lírico-dramáticos aunque tal vez sea un espejismo un paradigma un eromito una apariencia de la ausencia una entelequia inexistente las trenzas náyades de Ofelia o sólo un trozo ultraporoso de realidad indubitable una despótica materia el paraíso hecho carne una perdiz a la crema.
Ésta es una pregunta que me hace mucha gente, mucha de la cuál ni siquiera tiene constancia de que este blog existe, y la que lo sabe, no lo lee... Pero aquí está, una forma de explicar las cosas sin quedarme en blanco/embelesado, ni atascarme al hablar ni nada de eso...
(Y, sobre todo, sin estar pensado en que no es de ésto lo que quería estar diciendo, pero esa ya es otra cuestión...)
Hay hombres que luchan un día y son buenos. hay otros que luchan un año y son mejores. hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.
Claro... la noticia es que dos soldados españoles han muerto en un ataque terrorista... Cómo leí en un medio nada proclive a tendencias revolucionarias "terrorista es cómo llama un ejército grande a uno pequeño" (Lobezno, en las Secret Wars de la editorial Marvel)
El hecho de que nuestros aliadísimos, con Bush, con Obama, con Zapatero, con Aznar, estadounidenses se hayan cargado a un montón de civiles parece ser que no tiene tanta importancia. Obviamente, los afganos no tienen familias que les lloren, ni ministras de defensa embarazadísimas ni nada de éso.
Se mueren y ya está.
Pero bueno, cómo todo, es cuestión de puntos de vista.
Sinceramente... Me gustaría poder articular palabra... Pero no puedo más que balbucear y decir tonterías... Pero al menos, tengo las manos que pueden sugerir lo que callo.
Mendigo
Prefiero ser mendigo que madero Y recoger los besos que eches en mi sombrero; Vivir la vida a trago, comerme el mundo entero.
Prefiero ser mendigo que banquero. Si no tengo tus ojos, para que quiero el dinero. No ofrezcas mas billetes; yo solo cojo sueños, Que abrigan por las noches.
Prefiero ser mendigo que soldado Que callen las pistolas, que se hablen mas los labios, Que yo siempre seré...
Como aquel que nunca tiene donde ir, Como aquel que pide para poder dormir Una noche contigo.
Para dejar las calles, bien sabes lo que pido: Entrar por tu ventana para espantar al frío. Si ya no tienes tiempo para invertir en líos, Me voy como he venido, sin nada en los bolsillos, Pues yo siempre seré...
Como aquel que nunca tiene donde ir, Como aquel que pide pa´ poder dormir Una noche contigo.
Por supuesto, hoy toca recordar, mirar hacia atrás... No sé si con ira o sin ira, de hecho hoy especialmente... Pero eso es otra historia, y hablábamos de mirar atrás.
En breve hará tres años de que empecé con ésto y tres años de muchas otras cosas.
Ha pasado el tiempo, han cambiado cosas... deseo firmemente que hayan cambiado cosas, haber crecido como persona, haber aprendido y haber olvidado, haber encontrado y haber perdido, espero que este tiempo no haya sido la pausa que se parecía ser, o que al menos esta luz que se adivina, o que me imagino, al final del túnel lleve a algún sitio esta vez.
Pero no estábamos hablando del mañana, si no del ayer, todo lo que fue, de lo que resta de esta continua zozobra a la vez tan queda, de todas las aves de paso que hubo, todas las que se aposentaron de alguna manera, todas las que venían de antes, todas las que vienen ahora. Eso es lo que se recuerda, al fin y al cabo, más que los hechos, las personas que te estaban allí en aquél momento. Para lo bueno, para lo malo, pero ellas fueron las que construyeron, junto a ti, tu historia.
O lo que es lo mismo, me encanta leer folletos, libros, panfletos o lo que sea que me regalen los oídos diciéndome que tenía razón, que esas comeduras de cabeza no me eran exclusivas, que esos planteamientos no eran tan descabellados...
Y, si encima, con la perspectiva del tiempo, no han perdido vigencia... A ésto me refiero.
El panfleto completo se puede descargar desde la misma página... No tiene desperdicio.
Me gustaría que este tramo fuese Platea... pero,otra vez,puede que sólo sean unas Termópilas, un ¡Aguantad!continuo hasta que caiga el último rescoldo, hasta que la carga final arrase con... lo que haya, sea lo que sea... Ahora que, es el momento antes del momento, la calma (no tan calma) antes de...
No soy Leónidas ni Pausanias, siquiera ese soldado de Salamina cinematográfico. Y ya sé que no soy el que era... Que ciertas batallas, ciertas guerras, dejaron demasiadas secuelas que todavía laceran.
Pero bueno... Nunca antes había utilizado tanto esta expresión... y, aunque no lo parezca, eso está bien.