De golpe, la felicidad. No un sucedáneo, la felicidad. O al menos, esa parte tan deseada, tan añorada. Y en tanta cantidad que casi no sé que hacer con ella... Y de tanta calidad que tengo miedo, más bien pánico, a que se estropee, a estropearla.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario