viernes, marzo 06, 2009

Le temps des cerises

Se me ha varado el reloj en esta playa de arena incierta.
Pasa un segundo.
Pero no es un segundo.
Es una hora.
E
s

u
n
a

i
n
t
e
r
m
i
n
a
b
l
e

h
o
r
a.

Mi reloj,varado, susurra que es un segundo.

A veces, vienen las olas a esta playa de arena cierta.
Y pasa una hora.
Pero es un segundo.
Un instantáneo segundo.

Mi reloj, inquieto, susurra que es una hora.

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