La distancia, la victoria
de haber seguido en pie
al borde del infinito
y haber sobrevivido.
El tiempo que gasté
luchando por resistir
a huracanes y tormentas.
Ha llegado una dulce brisa
y ha dejado todo ésto
convertido en mil ruinas.
Como un callejón sin salida
muero perdido entre esquinas,
recuerdos de besos silenciosos
de momentos que persisten en mi mente
y el dolor que no cesa.
No camino por las mismas calles,
corro por ellas.
Demasiado pasado, demasiado corazón,
y ninguna cabeza.
En algo había que perder el tiempo...
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