martes, diciembre 05, 2006

Rompiendo las cadenas

Sugerente título...

Pero no es lo que parece. Recibí un mail re-re-enviado de una compañera de trabajo y, contra mi costumbre, lo abrí para justificarme ante ella si me preguntaba. Era un Power Point con muchos efectos que incluía una especie de proverbio oriental, que al final se revelaba de origen holandés, en plan "el dinero puede comprar una casa, pero no el hogar", y cosas de esas caídas de un libro de auto-ayuda. Después sugería que era parte de una cadena de esas que empezó a enviarse en 195... (¿por e-mail también, quizá?), que había que reenviarla a un determinado número de personas en un determinado tiempo o la desgracia más atroz caería sobre mí. Es más , lo ejemplificaba. Lo bueno es que era reenganchable. Es decir, que si te das cuenta de que el horrible mal que sufres repentinamente es a causa de no haber reenviado la carta-mail-.pps, puedes hacerlo en ese momento y tendrás la suerte que rechazaste antes. Te puedes guardar un golpe de suerte para más tarde... Útil.

No creo demasiado en la casualidad, más bien en la causalidad. Y en nada que suene a superstición, aunque últimamente busco una especie de religión que me diga lo que quiero oír para entregarme a ella y entretenerme un poco.

Vamos, que no he seguido la cadena.

Y dado que me llevo bastante bien con esa compañera, podré informarme de si ha tenido la suerte prometida.

Y yo asumiré las consecuencias de mis actos. Aunque me duelan.

2 comentarios:

Morrigan dijo...

Cadenas por aquí... cadenas por allá. Me acuerdo cuando te llegaban al buzón de casa y después de leerlas las tirabas a la basura.

En fin, que le vamos a hacer. Ahora las borro del correo, aún estoy esperando a que una niña muerta se me aparezca y me haga no-sé-qué por no haber propagado las cadenas. XD

¡Suerte!

Anónimo dijo...

Me gusta que rompas las cadenas, aunque sean virtuales y no cerceren la libertad de ningún ser vivo. Yo ya estoy comprando las nuestras para encaramarnos a las puertas de barrotes que nos guardan en nuestro trabajo! Jejeje!