jueves, julio 10, 2008

Quo vadis?

Todo está roto.
Las losas, los ayeres, los mundos,
las palabras.
Como un lobo ensangrentado he cabalgado la noche violenta y he mirado cara a cara
mis horrores, mis tiernos horrores de coleccionista.
¿ A qué negar, entonces,
lo ya pronunciado,
susurrado, temido?
¿ A qué callar el grito anciano de la voz muda?
O vivir un poco.
Tal vez todas los mañanas que todavía me quedan sean una espuma continua de sueño
o el esputo salvaje de un rinoceronte enloquecido
y las esperanzas acumuladas empiecen a saberme amargas.
Pero, como todos los tal vez,
tal vez todo
no sea
nada.


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